HÉRCULES Y LA HIDRA DE LERNA
Los héroes eran hombres que utilizaban su astucia y su
fuerza para ayudar a los demás. Hércules era el más admirado de todos, era
enérgico y corpulento e insuperable en la lucha en la caza y en el manejo de
armas. Recién nacido, en su cuna, le atacaron dos serpientes, las agarró con
sus manos del cuello, las apretó hasta estrangularlas e hizo una trenza.
Hércules salvó al mundo en muchas ocasiones.
Hércules viajó hasta Lerna para enfrentarse a la hidra, un
monstruo nacido en los infiernos que tenia más de 50 cabezas y afilados
colmillos. Decían que su aliento era tan venenoso que quien lo respiraba moría.
Cuando llegó, la hidra estaba durmiendo, Hércules la obligó a salir de la cueva
lanzando en flechas a las que había prendido fuego. Las cincuenta cabezas
rugían, Hércules se defendió con una lluvia de flechas que no sirvió de nada ya
que, sus escamas eran duras como las rocas. La hidra fue velozmente hacia
Hércules y soltó su aliento hacia él, había tenido la precaución de ponerse un
trozo de tela en la boca y en la nariz para no morir. Hércules levantó la maza
de olivo y golpeó a la hidra, pero no sirvió de nada. Entonces Hércules sacó su
espada y cortó una de sus cabezas, pero al instante del cuello cortado brotaron
otras tres más. Sorprendido soltó su espada y la hidra intentó enroscarse a su
cuerpo, Hércules fue muy ágil, saltó hacia atrás y se salvó de morir
estrangulado.
La lucha fue muy dura, Hércules cogió su espada de nuevo y
cortó otra cabeza, pero pasó lo mismo, volvieron a salir tres cabezas del
cuello cortado. Pensó que iba a morir, pero oyó una voz que le dijo que buscara
la cabeza de oro. Era Atenea, que había venido en forma de brisa para ayudarle.
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| Dibujo de Carlos Medina Barra - 5º B |
Hércules miraba las cabezas de la hidra sin encontrar la de
oro. De repente la hidra se giró y un rayo de luz iluminó una cabeza que esta
en el centro de su cuerpo. Hércules levantó la espada y dio un golpe brutal a
aquella cabeza. La cabeza salió por los aires y cayó al pantano, la hidra se
desplomó sobre el barro.
Cuando Hércules recobró las fuerzas, cogió la cabeza de oro
y la enterró bajo una roca para que no viera la luz del día.
Autor: Daniel Muñoz Jiménez 5ºB
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