lunes, 25 de junio de 2012

MITOS GRIEGOS - MIDAS

ELYOT TOMAS POPESCU nos ha contado lo que le pasó a Midas. Yo creo que no se puede ser tan ambicioso y egoísta. El dinero no lo es todo. De este mito tenemos mucho que aprender.


EL ORO DE MIDAS

         Midas era hijo del rey del país de Frigia. Ese país estaba bendecido por los dioses.

         Desde el principio estaba claro que Midas estaba destinado a ser rico. Supieron que iba a ser rico porque, cuando Midas era tan solo un bebé, las hormigas le llenaron la boca de semillas de trigo. Eso significaba que iba a ser muy rico.

         Fue cierto, Midas fue un hombre exageradamente rico. De saber que tenía tanta suerte, Midas les dijo a sus criados que le plantasen un trillón de rosas en su jardín. Era precioso contemplar ese rosal. Cuando una noche pasaba por ahí Dionisos, el dios del vino y las fiestas, acompañado de su séquito, como siempre bailando y cantando, se dejó a uno de sus amigos en el jardín de Midas. Éste se llamaba Sileno. Y Midas lo trató estupendamente.

         Cuando Dionisos supo que lo había cuidado tan bien fue a compensarle por su amabilidad. Midas fue tan idiota de pedir que todo lo que tocase se convirtiese en oro.

         Una mañana, como siempre, su hija iba a darle un abrazo y la hija se convirtió en una reluciente estatua de oro. Lo mismo pasó con su perro y con la comida. Midas se dio cuenta del error, así que, arrepentido, fue a pedirle consejo a Dionisos. Éste le dijo que se tenía que bañar en las aguas del río Pactolo. Midas siguió sus instrucciones y se salvaron él y su hija.

         Midas ya no tuvo ese poder y así se acaba la historia del torpe de Midas.

                                                                 Escrito por: ELYOT TOMAS POPESCU - 5º B

Dibujo realizado por Alejandro Ruiz Yubero

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